Generalidades:
Cualidades mágicas, ilusorias, que dejan liberadas la imaginación. El dragón une la fantasía con un poderío avasallante y una fortaleza a toda prueba. Jamás deja de atraer, de conquistar e incluso de conmover.
El dragón es un ser egoísta, caprichoso e irrazonable. Magnánimo en grado sumo, con una vitalidad que apabulla a quienes lo rodean y tratan de seguir su mismo camino. Exigente hasta la locura, orgulloso y, aristocrático. Nada quiere saber con las cosas comunes. Tiene ideales y los conseguirá cualquiera sea el precio que deba pagar. Es vital y fuerte. No lo doblegarán las penurias, ni el sufrimiento. Seguirá adelante y destrozará todo lo que encuentre en su camino. No hay obstáculos que lo detengan por más fuertes que sean y empleará todas las armas de que disponga para sortearlos.
Exige perfección y normas de conducta, las mismas que él posee en grado sumo. Simboliza al varón por excelencia y representa el poder, el mandamás y guay del que intente rebelarse. Las cargas de la familia, aunque no sea el mayor de ellos, caerán sobre sus hombros. E incluso se encargará de que a los suyos no les falte nada. Tendrá incluso más autoridad que los propios padres. Su meta es mandar y ser obedecido.
Posee energía suficiente como para dominar al mundo impetuoso, todo se lo llevará por delante y su celo es tal que no admitirá defecciones de ningún tipo. Tiene todas las condiciones necesarias para realizar cosas grandes e importante solo actúa a nivel muy elevado. El peligro que tiene es que, como no sabe detenerse a tiempo, puede quemarse en el propio fuego que arroja por la boca. Es propenso al fanatismo, conductor de multitudes y seguramente lo encontrará al frente de las grandes o de las malas cosas por las que se incline.
Puede ser un peligroso megalómano. Es un buen signo pero excesivamente riesgoso. Salvo que pueda ser controlado de alguna manera. O él aprenda a controlarse a sí mismo, cosa que será muy difícil.
Intimida a quienes se atrevan a desafiarlo. Su poder es tal que seguramente destruirá a quien considera su enemigo, sólo por el hecho de oponérsele. Lo destruirá de cualquier manera, sea el precio que sea el que deberá pagar por hacerlo.
La dualidad del dragón es casi increíble. Pese a todo ese carácter y su temperamento, en ocasiones es afectuoso, amable y cordial, con las personas que estima, quiere y respeta. Olvidará todo cuando alguno de los suyos necesite ayuda y acudirá prestamente a darle todo su apoyo. Puede ser generoso para quienes están en las malas, olvidando los resentimientos y las discusiones. Pero, cuando todo se normalice, no existen dudas de que echará en cara los errores de los demás y les señalará normas de comportamiento. Y lo hará con la rigidez de un emperador ó de un tirano. Nunca sé entusiasmará con las expresiones de libertad, aunque sonría y casi apruebe la palabra. Él está por encima de todas las leyes y de todos los mandamientos.
